Este tipo de tatuaje evita que las personas tengan que maquillarse las cejas, ojos o labios diariamente. Este estilo combina el microblaidng y micropigmentación para crear un efecto natural de zonas realizadas con tatuaje. Entre las técnicas a utilizar, el dermoblading trabaja trazando pelo a pelo.

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Para ello, los y las profesionales utilizan un demógrafo de agujas. Esta máquina permite a los artistas realizar un dermoblading adecuado a través de inyectar en la dermis el pigmento en cuestión. Las agujas que se aplican en el dermógrafo pueden variar según el resultado que se esté buscando y en el caso de las cejas, el tipo de cejas que se quiere realizar.

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Además del uso meramente estético, el dermoblading también tiene una aplicación dirigida especialmente a pacientes oncológicos. Así pues, este tipo de tatuaje se aplica en aquellas personas que han padecido y superado una enfermedad como el cáncer. Según expertos, la aplicación de este tipo de tatuaje es más habitual en cejas, ya que la mirada es uno de los rasgos fundamentales y más importantes que caracterizan una persona. Además, las mujeres que se han sometido a una cirugía mamaria deciden reconstruir en algunas ocasiones, sobre las cicatrices, sus nuevas areolas.

 

Cabe destacar que el tratamiento de las areolas es totalmente indoloro, por lo que no es necesario utilizar ningún tipo de anestesia. Para aquellos pacientes oncológicos que escogen este tratamiento se recomienda realizarlo antes de la quimioterapia. En consecuencia, se mínima el impacto psicológico ante el cambio de imagen por la caída de pelo. De esta manera, el tatuaje proporciona una segunda oportunidad a aquellas mujeres que han perdido una parte de su cuerpo tan importante como son los pechos. Todavía son pocas, pero algunas de las mujeres que optan por este tipo de tatuaje eligen diseños muy originales para darle un nuevo sentido a su cuerpo. En esta línea, algunas mujeres se tatúan flores o árboles entorno a sus pezones para simbolizar una segunda oportunidad de vida. Así pues, el dermoblading no solo se ciñe a reconstruir visualmente una zona de cuerpo que ya no se tiene, sino que, además, lo hace de una manera innovadora, creativa y artística.

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Como clientes, a la hora de realizarse un dermoblading se deben tener varios aspectos en cuenta que pueden afectar negativamente sobre la piel y su acabado. En primer lugar, no se debe exponer al sol o tomar rayos UVA durante el primer mes tras su desarrollo. Tampoco se puede depilar la zona en cuestión con el tratamiento realizado recientemente. Por último, debemos tener en cuenta que este tratamiento no es permanente en el tiempo. El dermoblading puede durar hasta tres años, por lo que una vez pasado este tiempo, se debe repasar la zona tratada.

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Para evitar riesgos, problemas y complicaciones, expertos recomiendan no someterse a este tratamiento a aquellas personas que padezcan de enfermedades en la piel o que estén embarazadas. No obstante, todo cliente que quiera realizarse un dermoblading deberá consultar sus condiciones con él o la profesional que vaya a tratarle. Además, para conseguir el mejor de los resultados son necesarias en torno a dos o tres sesiones de dermoblading dependiendo de la zona a tratar.